sábado, 31 de julio de 2021

AMÉRICA (Calle Alonso, 10)

 


    A mediados de los 80, frente a la bolera La Bola de Oro, abrió sus puertas el salón de videojuegos América, que luego pasó a llamarse Andorra y más tarde Dakar. Ocupaba parte de las antiguas instalaciones de la tienda de muebles Comercial Guci

    En esta sala vi (y utilicé) por primera vez una vídeo-jukebox. Por entonces, la tecnología de estos aparatos era la del LaserDisc y, para alguien como yo acostumbrado a la calidad de imagen y sonido del VHS, la experiencia era espectacular, con un sonido estéreo calidad CD y una imagen perfectamente nítida y libre de interferencias. Si por esas fechas nos hubiesen enseñado un monitor 16:9, con resolución 8K y sonido envolvente como los actuales, habríamos pensado que éramos víctimas de una abducción extraterrestre.

lunes, 19 de julio de 2021

MONTJUIC (Calle Vargas, 15)

 


    Antes de que abriera el salón Miami (del que hablaremos más adelante) hubo otra sala frente a la plaza de Numancia, junto a la conocida cafetería Picos de Europa y sus maravillosos sandwiches mixtos.

    De lo que más recuerdo de este lugar es que tenían la única máquina que he visto de la "Rana", de Automave. El juego era muy sencillo (una rana que saltaba y lanzaba su larga lengua al aire con la esperanza de cazar algunos insectos), pero la imagen de la pantalla se reflejaba sobre un cristal traslúcido, a través del cual se podía ver un pantano con sus correspondientes juncos y nenúfares. El paisaje tenía mucha profundidad y el brillo de los sprites en el cristal creaba un efecto curiosísimo. Parecía que la rana "flotaba" ante el paisaje del humedal.

    Este mismo efecto es el que se utilizó en el "Space Invaders" de Taito y en el "Aerolitos" (una versión del "Asteroids" de la casa española Rodmar Elec).

   Roberto Cacho Crespo me informa del nombre del salón, que yo desconocía. Además recuerda que contaba en la entrada con una atracción infantil; una pequeña noria con una sola silla (posiblemente de la empresa Automave). En el interior tuvieron una jukebox Petaco Rennotte 30 y una mesa de billar francés. Gracias por la información.

martes, 6 de julio de 2021

Bajos del Rhin

 


    Si uno desciende por las escaleras que acceden a la primera playa del Sardinero, a la izquierda se topa con este pequeño local que, en la actualidad, se utiliza para guardar mobiliario de las terrazas de alguno de los negocios de hostelería próximos. Durante varios años, en el periodo estival, lo llenaban de máquinas arcade (siete u ocho, no cabían más). Por entonces el cerramiento del local consistía en una reja de barrotes azules. Los chavales que acudíamos a la playa, entre colín y colín, nos echábamos unas partidas solo vestidos con nuestro bañador Meyba.

    La instalación eléctrica debía ser más vieja que la guerra de Crimea y, o no contaba con tierra o esta era muy ineficiente. Como tocaras cualquier parte metálica de los muebles (el vástago del joystick, los ceniceros, la puerta del monedero...) te sacudía un latigazo que te vestía de torero. No ayudaba mucho que estuvieses descalzo mientras jugabas o que te acabaras de bañar. Pero eso no nos hacía desistir de nuestra voluntad de jugar con las recreativas. Solo nos volvía más cuidadosos.

    Roberto Cacho Crespo me informa de que el propietario de este salón era Don Francisco Coterillo del Río y que lo abría de mediados de mayo a septiembre. Contaba antiguamente con siete u ocho pinballs y dos futbolines en el exterior.

lunes, 5 de julio de 2021

MINI CASINO (Plaza de Italia)

 


    En los años 70, en los bajos de la esquina sur del Gran Casino estaba el bar Pepe, que gozó durante muchos años de gran popularidad. Cuando cerró, en el mismo local abrieron el Mini Casino, un salón recreativo la mar de fino.

    Todas las recreativas que tenían eran videojuegos (ya estábamos en los ochenta). Tenían una máquina bastante aparatosa de carreras de motos que no he vuelto a ver en ningún otro sitio. Todo el paisaje y la pista en la que corrías era un entorno poligonal en 3D (lo que en la época solo podías verlo cuando dedicaban el programa "Metrópolis" a las ediciones de ese año de Imagina o ArtFutura). Nunca he tenido claro si la imagen que veía era un entorno real de 3D o si era un sistema de Laserdisc como el usado en el "Dragon's Lair".

    Otra de las recreativas del Mini Casino era el "Bomb Jack". Lo recuerdo perfectamente porque mi concuñado Carlos iba al local a la hora de apertura y con cinco duros podía pasarse la jornada entera jugando a esa máquina. Tenía que ir un amigo suyo a turnarse con él para que pudiera ir a comer a casa. Tras el avituallamiento, regresaba  con las pilas recargadas y continuaba su partida hasta que el jefe le apagaba la máquina cuando terminaba su jornada laboral e iba a bajar la persiana. ¡Qué lástima no haber registrado su mejor puntuación!. El récord mundial está en 20.010.960 puntos. A lo mejor podía haberlo batido y hemos perdido la oportunidad de tener un campeón mundial de eSports en Santander.

    Cuando cerró esta sala, abrieron en el mismo emplazamiento la discoteca Oh!, que a su vez cerró tras el asesinato de su propietario a las puertas del negocio. Tras tan trágico suceso, el local ha permanecido cerrado hasta el día de hoy.

JARAMA (Calle Floranes, 73)

 


    A la vuelta de la manzana del salón Cuatro Caminos, en el cruce de las calles Floranes y Camilo Alonso Vega, se hallaban los recreativos Jarama. Aunque las dimensiones de esta sala eran mucho más modesta que las de su vecina.

    Me confieso inútil a la hora de recordar las máquinas que habitaron los Jarama y recurro a vuestra memoria. Si erais habituales de este salón y me podéis decir qué recreativas tenían, os lo agradecería.

    

viernes, 2 de julio de 2021

CUATRO CAMINOS (Calle San Fernando, 86)


    Ni el salón América estaba en América, ni los recreativos Miami estaban en Miami. Tampoco la sala Las Vegas estaba en la conocida ciudad de Nevada. Pero siempre hay una excepción que confirma la regla: la ubicación del salón Cuatro Caminos era la conocida plaza santanderina del mismo nombre. Más concretamente en el número 86 de la calle San Fernando.
    Como en el caso de Vasio, el local era amplio pero con una pobrísima iluminación. El único aporte de luz natural era el que entraba por la puerta. Por la antigüedad de algunas de las recreativas, calculo que la sala se inaugurara en los 60, pero no tengo ningún dato que lo atestigüe.
    Las dimensiones del recinto permitían contar con algunas máquinas electromecánicas de grandes dimensiones, como el baloncesto de Sega, con su enorme cúpula de metacrilato y más botones que un portero automático o la "Chopper", de Midway, que te retaba a detener una invasión extraterrestre a los mandos de un helicóptero. Uno de los pocos motivos de envidia de mi vida es a causa de esta máquina: yo siempre la conocí arrinconada al fondo izquierdo del local y con un cartel pegado en el cristal que rezaba "NO FUNCIONA". En cambio, mi amigo Pedro tuvo la oportunidad de jugar con ella en varias ocasiones. Unos tanto y otros tan poco...

jueves, 1 de julio de 2021

Calle Gándara, 6

 

    En este semisótano de la esquina entre las calles Gándara y Peña Herbosa funcionó durante algunos años un salón recreativo. En contra de lo que pudiera parecer por la antigüedad del edificio, el local presentaba un aspecto muy pulcro y era bastante luminoso (mucho más que Vasio).

    Cuando abrió esta sala a mediados de los 80, nos hallábamos en plena edad de oro de los videojuegos y los pinballs estaban en franca decadencia. Aun así, aquí te podías encontrar con algunos, como  los modelos "Comet" y "Space Shuttle", de la casa Williams.

VASIO (Calle Peña Herbosa, 31)

 


    He escrito el nombre con "V" porque supongo que venga de Gervasio, pero ignoro el origen del nombre de este salón. Si alguien sabe más sobre este tema, le agradecería que me informe.

     Si la memoria no me falla, estaba erradicado en el local de la derecha de la imagen. Por su situación en el número 31 de la calle Peña Herbosa (a pocos metros de la calle Casimiro Sainz), era muy frecuentado por los alumnos del Los Escolapios cuando salían de clase.

    El local era bastante espacioso, pero pobremente iluminado. Al ser un salón abierto en los 80, el grueso de sus recreativas estaba formado por muebles arcade (máquinas de marcianitos, para los más castizos). Fue el único sitio donde tuve oportunidad de jugar al "Gorf". Además, la versión que tenían en Vasio era la fabricada por la empresa madrileña Irecsa y la voz robótica que se escuchaba durante algunas fases del juego hablaba en un español ininteligible. A día de hoy, la ROM de esta máquina ha desaparecido y los aficionados nos tenemos que conformar con jugar en un emulador con la versión angloparlante. Seguro que en algún almacén olvidado todavía queda alguna placa de este juego y que, dentro de unos años, alguien extraerá la ROM y podremos volver a intentar entender qué dice el condenado robot.

GOL (Calle Sevilla, 4)

 


    El premio a la mejor entrada a un salón recreativo se lo lleva "Gol" de largo. ¿Veis esa pequeña puerta cerrada con una persiana vertical? Esa era la única entrada (y salida) del local. Tras ella, una rampa de hormigón con bastante inclinación descendía hasta el sótano sin ventanas del edificio. Si instalas una mirilla en la puerta y contratas como portero a un "gorila" de dos metros, sería igual que un speakeasy del Chicago de los tiempos de la ley seca. Hoy en día no conseguirías una licencia de apertura para este local ni casándote con la Sra. Alcaldesa.